A tras luz del tiempo
I
El puente a la razon
se discipa indistinto en el dolor caótico del tiempo,
el discurrir profuso en sus atajos
multiplica senderos impresisos como espejos.
He decidido abstraerme
con la bondad de un viejo roble,
insistir en zarpar marea dentro,
donde a trasluz del cejo el claro que develo
se proyecta indiviso
del venero olvidado de las causas.
II
Del tiempo
el instante es hoguera y precisa atencion,
presente al porvenir y la memoria;
asi me sueno balsa
y se promete leno mi decurso.
III
Solo al árbol caído es indistinto
su destino de balsa
o calidad de hoja reciclable,
mas no el ave o la piedra a la ley de gravedad,
de saberse ecuánime o prodigio
fabularia mi paz
en libertad.
VI
Tu senda es semillero que irisa al que tienta,
cristalino sustento de la luz primigenia en que llovia.
Su conmiseración, mi rosa de los vientos
racimo de la ofrenda que celebras.
Porque pensarse discontinuo es deshojarle,
es que advierto en tu sístole otros duelos.
V
Quien templara paciente
tuberculos del porvenir como tu paso?
A sombra de destierro
donde nombrarse sabio
despunta flordelirio en la inconsciencia.
VI
Sedienta ya
de otro cauce de efectos
me niego a naufragar
y en la confluencia de tu rastro
me descubro en tu paz.
Barquito de papel
que en realidad de estanque
se piensa en altamar.
VII
Por mi grandilocuencia pierdo el rumbo,
saberse inconsistente no altera la verdad
que rastreo en penumbras
tránsfuga de la muerte
espejo de mi tiempo es su discurso.
jueves, julio 16, 2009
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